La unión del arte modernista y las catacumbas en el cementerio de Alcoy

Uno de los lugares más interesantes (y desconocidos) que encierra la ciudad de Alcoy es su cementerio municipal San Antonio Abad.
Ahora que se acerca la festividad de Todos los Santos, con la visita obligada al camposanto en recuerdo de nuestros seres queridos, es un buen momento para aprovechar dicha visita deteniéndonos y deleitándonos en la contemplación de las auténticas obras de arte que ofrece al visitante este cementerio.

El cementerio de San Antonio Abad surgió como consecuencia del proyecto de Ensanche y Rectificación de la ciudad en 1875, para sustituir al anterior de 1812, que había ya sido absorbido por el crecimiento de la ciudad y estaba obsoleto.
En 1885 se encargó el diseño del nuevo cementerio al arquitecto Enrique Vilaplana Juliá. Hombre sensibilizado con las últimas tendencias artísticas y arquitectónicas de la época, planteó estas instalaciones como una auténtica necrópolis o “ciudad de los muertos”.

La primera impresión que nos llevaremos al cruzar sus puertas es la sensación de haber retrocedido en el tiempo. Galerías subterráneas, grandes panteones, solemnes esculturas... todo un compendio de la arquitectura funeraria de finales del siglo XIX y principios del XX.

Al igual que en la construcción de sus viviendas en las calles más céntricas de Alcoy, la burguesía textil de la época mandó edificar auténticos mausoleos en el nuevo cementerio para enterrar a sus familias. Predominan los estilos góticos y bizantinos debido a su sobriedad, pero también se pueden ver algunos ejemplos del modernismo imperante en la época.

En el estilo neogótico destaca el panteón de la familia Santiago Botella, edificado en 1895, en el neorrománico el de Anselmo Aracil Jordá, del año 1902, del estilo neobizantino destacamos el de la familia Vicens, construido en el año 1910, y del neoegipcio sobresale el de la familia de José Monllor Jordá, de 1896.

En cuanto al modernismo destaca el trabajo efectuado por el arquitecto Timoteo Briet, en pleno auge de la Sezession, para la familia de Pascual Vilaplana Gisbert y las famosas esculturas realizadas por Lorenzo Ridaura para los panteones de Agustín Gisbert (dueño de la famosa “Casa del Pavo”) y de Francisco Moltó Valor. Son monumentos funerarios que destacan por su intimismo y romanticismo.

Otra curiosidad que esconde nuestro cementerio son los espacios reservados desde el día de su inauguración a los ateos, a los militares y a los religiosos. Con una arquitectura menos espectacular que la anterior poseen una importancia histórica muy interesante.


Pero si por algo destaca el Cementerio Municipal San Antonio Abad es por sus galerías subterráneas (popularmente llamadas catacumbas), únicas entre los cementerios civiles españoles. Tres son los pasillos que se pueden encontrar en estas criptas, bautizados con los nombres del propio patrón del cementerio, San Antonio Abad, de San Fabián y de San Severo.

Aunque el motivo de la construcción de estos pasajes no está totalmente demostrada, seguramente la orografía de la zona, con fuertes pendientes, fue determinante. De esta forma, con las galerías se aprovechaban estos fuertes desniveles. También es posible que las necesidades de la época precisaran el dar sepultura de una forma rápida y ordenada a un número importante de alcoyanos, cosa que se consiguió con estas criptas dotadas de una arquitectura moderna y funcional que, a la vez, gozan de una buena iluminación y ventilación.


Acudan sin prisas y con ganas de observar y admirar. No les defraudará.

(Desde la Concejalía de Turismo se está preparando un tríptico informativo sobre el Cementerio San Antonio Abad. También se están preparando visitas guiadas. Más información en la Oficina de Turismo de la calle San Lorenzo)

Fotografías entresacadas de Euroresidentes, Nutria69 y Aramultimedia.